Todo había salido mejor, pero el resultado fue peor.
Incluso la transferencia. La doctora me dijo que tenía apuntado en su informe que la otra vez el acceso al útero había sido complicado. Yo comprobé después que había apuntado en mi diario que aquel día hubo una intensa pelea con el espéculo. Pero esta vez todo fue más sencillo, rápido, casi indoloro. Y, de pronto, ya estábamos juntos, mi embrión y yo, y la alegría que sentía era inmensa.
Diez días después, llegó la bofetada.
Impredecible, inconcebible, irracional.
Nuestra doctora insiste: todo ha salido mejor. No es fruto de mi imaginación. No puede decir que las cosas no vayan bien, excepto por el pequeño gran detalle de que todavía no me he quedado embarazada. O sí: me quedé embarazada una vez. Y, en realidad, no llevamos tantos intentos. Y es normal que estemos cansadas, sobre todo por las inseminaciones. Pero todo ha salido mejor, y hay que tener paciencia.
Eso dice ella.
Nosotras nos quedamos sin palabras.
4 comentarios:
Mucho ánimo, los negativos son durisimos, aun mas cuando la ilusion aparece aunque sea un poquito.
Sé por experiencia que no hay palabras que os consuelen, asi que para allá va un fuerte abrazo, ymucho mucho ánimo
Lo siento. Es muy duro espero que pronto se repongan y vuelvan a luchar..un beso
Mucho ánimo, os leí el otro día pero es que hay situaciones que las palabras no salen, solo deciros que estoy aquí, acompañándoos
R.I.P.
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