viernes, 21 de julio de 2017

Hitos y treguas

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Todos los embarazos tienen sus hitos; pero, cuando se trata de un embarazo después de una o varias pérdidas, los hitos cambian. Cambia su número, cambia su significado, cambia su importancia. En este embarazo he alcanzado ya muchos de ellos; y, con cada uno, la Vida me ha regalado una tregua maravillosa.

Primero fueron los de la betaespera. Notar los primeros síntomas de embarazo y perder, poco a poco, el miedo a un nuevo negativo, al vacío más absoluto, a la nada. Levantarse cada día con la ilusión de verlos aparecer, uno por uno, y confiar en no volver a sufrir un bioquímico temprano. Reunir el valor suficiente para enfrentar el primer test de embarazo y respirar en la tregua del positivo. Repetirlo varias veces, ver aumentar su intensidad, y alcanzar un nuevo descanso en la esperanza de llegar a la beta, en la ilusión de que, esta vez sí, el valor sea bueno.

Recibir la beta y ganarse la paz de las cifras: la satisfacción de saber que, aunque todo empezara a ir mal de manera inmediata, alcanzaría para llegar a la primera ecografía. Reposar en la tranquilidad de no tener que salir corriendo a repetir ningún análisis ante la evidencia de una nueva pérdida. Darse el lujo de acudir al médico de cabecera para anunciar el embarazo, y volver a casa con varios folletos sobre nutrición y una cita para la matrona. Traspasar esas fronteras por primera vez, vivir lo que no se pudo vivir en ocasiones anteriores, aunque sea bajo los efectos de la incredulidad y la desesperanza.

Acudir a la primera ecografía y alcanzar un nuevo hito: el de la confirmación, la certeza. Renovar día a día esa tregua intermitente que ofrece cada ocasión de ir al baño y comprobar que no, que no ha habido sangrados. Pisar el terreno resbaladizo de los síntomas nuevos, desconocidos. Asistir al milagro de que este cuarto embarazo se transforme, poco a poco, en el primero. Amanecer cada mañana con el pensamiento de un día más, de una victoria nueva, a pesar de ese miedo que se agarra con fuerza al corazón, que nunca descansa. Hacerse unos análisis que, por primera vez, saben a triunfo, alejan la derrota.

Sacudirse el pánico a golpe de latido, tener una segunda ecografía que mirar y escuchar cuantas veces sean necesarias para darle un respiro al alma. Un alma que, aunque sabe que esto apenas comienza, por momentos se confiesa agotada. Ver cómo, con cada batalla ganada, el horizonte se ensancha, y en el cielo empieza a brillar una ilusión tímida que se atreve a soñar con altas, con matronas, con tripas que crecen, con ecografías de las doce semanas.

En esto consiste, para mí, estar embarazada: alcanzar hitos, traspasar fronteras, disfrutar pequeñas treguas... y volver a la carga.

5 comentarios:

Teacher Rocío dijo...

Ya has vivido dos grandes pasos, el positivo y poder escuchar su latido, ese que late fuertemente por él/ella y por vosotras. Ahora coge impulso y a por el siguiente paso y te diría que por muy fuerte que sea el miedo vivieses esas treguas a tope porque est@ peque se lo merece. Regalate un diario de embarazo, hazte fotos y regalaros vuestro primer cuento para tres y leérselo cada noche. Yo te recomiendo este , aunque solo lo he visto en inglés. Se llama Mommy, mamma and me.
https://youtu.be/Lt2VphobB-A

Anónimo dijo...

Antes de Daniel hubo un embarazo que duró muy poco,pero lo suficiente para que la espera de Daniel estuviera llena de miedos...soy una agonías,una miedosa de campeonato, aunque viéndome nadie lo diria...luego llegó el embarazo de Aleix, a la primera,¡increible!pero el miedo siguió ahí...no sé que hubiese hecho si después de una pérdida hubiese habido una segunda y una tercera,como en tu caso.Sólo puedo decirte que han pasado casi(el dia 25 de Julio los hará)25 años desde que empecé la aventura,y si volviera a nacer intentaria por todos los medios tener menos miedos y disfrutar más.Suscribo una por una las palabras de Huro.Intenta disfrutar,el tiempo , que a veces se hace eterno,pasa demasiado rápido.
Un abrazo
Núria

Teacher Rocío dijo...

Por cierto , tengo un libro el cual no necesito ni necesitaré y me encantaría poder regalártelo ( si lo quieres claro) se llama que se puede esperar cuando se está esperando y le llaman la biblia en los embarazos. Lo dicho si lo quieres dímelo y te lo paso. Un beso

Teacher Rocío dijo...

Nuria yo también pienso como tu, hay tantas cosas delas que me arrepiento no haber vivido plenamente! Tu has seguido mi blog y sabes los miedos que tuve y tengo actualmente pero me duele sobre todo cuando Miss C me pide fotos y recuerdos de embarazo y no puedo enseñarlas.

Remedios Morales dijo...

¡Hola chicas!

Me llegan mucho las cosas que me contáis, la verdad es que me siento muy arropada con vuestros comentarios. Es cierto que, cuando el miedo impide disfrutar de una buena experiencia, una parte de la misma se pierde, y esa pérdida es irreparable. Así que entiendo que merece la pena hacer un esfuerzo por vivir lo más plenamente posible, a pesar del miedo.

Pero también creo que hay que entenderse y perdonarse. A mí, por ejemplo, me dan mucha envidia esas chicas que se hacen fotos de su embarazo desde el minuto uno. Que tienen mil fotos de tripas planas de cuatro y cinco semanas. Pero yo tengo que entender que no puedo hacer eso, entre otras cosas porque, de hecho, ya lo hice.

Tengo fotos de mi tripa vacía en la betaespera de las inseminaciones, tengo fotos de mis tripas de embarazo que después acabaron en aborto, tengo fotos antes de entrar en una transferencia para después salir con un negativo... En fin. Es muy duro y creo que es normal no querer ahondar en la herida.

Pero confío plenamente en ir superando todo eso y empezar a disfrutar de esta experiencia poco a poco. No hay mal que cien años dure y ya me hartaré a hacerme fotos con la tripa bien gorda ;)

¡Mil besos!

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