lunes, 17 de octubre de 2016

Consulta por abortos de repetición

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Después de acumular tres abortos, el último de ellos con un embrión donado por una chica joven y sana, he tomado verdadera conciencia sobre mi situación. 

Por eso, al encontrar a una de las doctoras de nuestra clínica recomendada en los foros de abortos de repetición (en los que apenas recomiendan ginecólogos porque apenas saben sobre el tema) (los ginecólogos, no las chicas de los foros, que se las saben todas), decidí que no iría a consulta con ninguna otra.

Tuvimos que esperar unos quince días para conseguir una cita con ella, en un horario horrible de un día que me venía fatal. Pero me me importó. Necesitaba encontrar a alguien competente, alguien que no me hablara de estadísticas, de mala suerte, de insistir.

A pesar de las recomendaciones, preparé la artillería pesada: varios folios con las listas de pruebas que otras chicas antes que yo habían recopilado en Internet, una descripción minuciosa de cualquier tontería que alguna vez hubiera sentido alguno de mis familiares y que en mi caso se estuviera traduciendo en abortos de repetición, otra lista con todos los síntomas absurdos e inconexos que se me ocurrió que tal vez tuvieran algo que ver. Y todas las pruebas, de nuevo. Y todo el historial.

Afortunadamente, no hizo falta. La doctora tardó en atendernos, pero para cuando nos llamó a la consulta, se había estudiado todos mis datos (en esta clínica escanean cualquier cosa que les lleves y la incluyen en tu ficha) y nos había impreso una lista con las pruebas que me tenía que hacer. Nos las explicó todas muy claramente, nos advirtió sobre el carácter experimental de algunas de ellas y acabó con una frase que no ha dejado de resonar en mi cabeza desde entonces:

– Llevas tres abortos con treinta y cuatro años. Algo te pasa, ¿no?

Casi la beso. Casi salto por encima de la mesa para besarla, porque esa era exactamente la frase que necesitaba oír. Con los ojos temblorosos cual dibujo de Manga, apenas pude susurrar un "sí".

Algo me pasa. Eso no quiere decir que lo encontremos, ni que consiga derrotarlo. Pero me pasa algo que no es mala suerte, ni estadística, ni designio divino, ni impaciencia. 

Y tengo derecho a intentar superarlo.


4 comentarios:

Promediando el círculo dijo...

Que alivio esas palabras!! Encontrar razones, alguna explicación es mucho menos desquiciante que achacarlo a la mala suerte... éxitos en la búsqueda de respuestas y soluciones!!!

Luli Lulita dijo...

Creo que por fin estáis en el buen camino!! Presiento que esto va a haceros avanzar y encontrar respuestas por fin y, por qué no, a encontrar a ese bebé que tantas ganas tenéis de tener! Un besote!

Remedios dijo...

Me alegro que por fin hayas dado con una profesional por fin que se interese en solucionarlo,por cierto que pruebas te ha pedido realmente ya que no lo especificas .un beso y espero que todo se vaya solucionando en esta aventura de ser madre

Remedios Morales dijo...

Gracias por el apoyo, chicas, sienta muy muy bien :D

Iré comentando las pruebas según me las haga, porque todavía no sé cuándo me las haré, ni dónde, ni nada... :S

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