2015 ha sido un año de contrastes.
Fue el año en que superé mi aborto, pero también en el que sufrí un bioquímico.
El año en que nuestra segunda FIV fracasó estrepitosamente, pero también en el que abrimos nuestro expediente de adopción nacional.
Fue el año en que falleció mi abuela paterna, pero también en el que recuperé la relación con la familia de mi padre.
Ha sido un año intenso que empecé llorando, y que seguramente acabe llena de emoción.
Adiós, 2015. Adiós.
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