sábado, 30 de mayo de 2015

Anemia



Empiezo a recibir algunos resultados de las pruebas que me estoy haciendo dentro del estudio de fallo de implantación (o abortos de repetición). Hasta el momento no hemos descubierto nada especial, si bien me queda aproximadamente la mitad de las pruebas, como iré explicando más adelante.

Lo que sí ha descubierto mi doctora de cabecera ha sido que tengo anemia. Decidió aprovechar los análisis que me mandaba para comprobar mi estado general de salud, y aunque todo estaba perfecto, mejor incluso que en los últimos años, mis glóbulos rojos nos hacían señales de SOS desde el papel.

La anemia es una consecuencia bastante frecuente del aborto, y, en casos como el mío, prácticamente irremediable. Pero los médicos han tardado seis meses en diagnosticármela, y eso que he visto a más de cuatro diferentes desde que perdí mi embarazo.

lunes, 25 de mayo de 2015

Adopción nacional



Era jueves, el día posterior a nuestro primer aniversario de boda. Yo andaba saltando de blog en blog, haciendo un poco de tiempo antes de sumergirme en una apasionante (léase con tono irónico) tarde de correcciones, cuando el título de una entrada me llamó la atención: "Abre la nacional en Madrid". Cualquiera pensaría: "¿La qué?". Pero yo no tardé ni un segundo en saber lo que era: ¡la adopción!

Aunque parezca increíble, hacía apenas unos días que Alma y yo habíamos estado visitando la página web del Instituto Madrileño de la Familia y el Menor, leyendo información sobre adopciones especiales y acogimientos. La adopción siempre ha sido para nosotras una opción igual de atractiva que la maternidad biológica, y si finalmente hemos optado por esta última ha sido, entre otras cosas, porque veíamos inviable adoptar. Nosotras no podemos acceder a la adopción internacional como pareja y, en este momento de nuestra vida, no estamos dispuestas a hacernos pasar por algo diferente a lo que somos. Aunque sabíamos que la adopción nacional en Madrid estaba cerrada desde 2008, la posibilidad de hacer un acogimiento o una adopción especial llevaba algunas semanas haciéndonos runrún en la cabeza.

Así que encontrarme de casualidad con este notición me pareció una broma. Tuve que leer varias veces el título de la entrada, leerme después la entrada entera y visitar la página de la Comunidad de Madrid, donde la convocatoria que habíamos visto cerrada hacía solo unos días se había vuelto a abrir, para terminar de creérmelo. Me pasé toda la tarde lloriqueando, corrigiendo exámenes con mano temblorosa y una sonrisa bobalicona pintada en la cara. No quería ni decírselo a Alma, porque sabía que entonces estallaría de emoción y me pasaría varias horas en shock. Así que esperé a que viniera a buscarme para cenar y entonces le solté la bomba:

– Tía, ha ocurrido un milagro. ¡No te lo vas a creer...!
  

martes, 12 de mayo de 2015

Diez años juntas



Este mes cumplimos nuestro décimo aniversario. Ya han pasado diez años desde aquella tarde en la que hablamos de que ella y yo quizás. No hubo beso, ni petición formal para salir. Como me dijo Alma hace unos días, tan solo fue la primera vez en la que nos referimos a nosotras como una posibilidad. Las dos emprendíamos un camino hacia lo desconocido. Diez años después, todavía lo recorremos. Juntas. Enamoradas. Mano con mano, codo con codo, boca con boca. Felices ambas de haber llegado hasta aquí.

domingo, 3 de mayo de 2015

Huerting



El fin de semana pasado nos dedicamos a hacer huerting: compramos unas macetas, sustrato, fertilizante y unos cuantos sobres de semillas; las plantamos como más o menos nos pareció, las regamos con cuidado y las dejamos en la terraza, tapadas con film transparente agujereado.

Al día siguiente cayó una tormenta de campeonato. Tuvimos que acudir en socorro de nuestras macetas, porque se estaban anegando. Pensamos: "Ya está, ya se murieron todas las semillas, seguro". Pero las seguimos observando, regando una vez que se secaron, con la calma que aporta el haber dejado los sobre vacíos en la creencia de que algo saldría, por estadística, y si no, bueno, otra vez tendríamos más cuidado y lo haríamos mejor.

Ha pasado una semana y casi todas las macetas están llenas de brotes. Los tomates cherry, asomando su tallo encorvado antes de erguir las dos hojitas. La albahaca, que ya hasta se gira hacia donde le viene el sol. El tomillo, tímido pero aguerrido. Las lechugas, una legión de color verde que amenaza con acabar devorándonos antes de ser devoradas.

Una pequeña alegría, algo nuevo que hacer juntas, el alivio de ver crecer las plantas que están fuera del alcance de los gatos, la esperanza de comernos algo de lo que sembramos y, sobre todo, la reconciliación con el ciclo de la vida, que se renueva constantemente por más piedras (superpoblación, tormentas, manos inexpertas) que se encuentre en el camino.