He leído muchas veces que, cuando buscas un embarazo después de una pérdida, la búsqueda se fragmenta en hitos. Ya no puedes confiar en que, llegado un determinado momento, habrás conseguido lo que deseabas. Sabes que hay muchas piedras en el camino y que sortear cada una de ellas es un fin en sí mismo. Por eso me enorgullezco de los hitos que ya he conseguido:
Hito nº 1. Llamar a la clínica
Puede parecer sencillo pero, hasta el momento, es el que más me ha costado. Volver a llamar a la clínica, volver a pedir cita para una ecografía, volver a empezar. Fue como si dejaran caer mi corazón desde una altura considerable y estuviera rebotando durante cinco días. Por la mañana estaba contenta. ¡Todo iba a ir bien! ¡Seguro! Por la tarde me sentía hundida. ¿Empezar otra vez? ¡No puedo con ello! El malestar continuaba durante la mañana siguiente, pero por la tarde... ¡Todo iba a ir bien! ¡Seguro...! Fue agotador.
Hito nº 2. Ecografías
Saber que haríamos la transferencia embrionaria sin estimulación me animaba. Nada de pinchazos, nada de hormonas, simplemente observar cómo mi cuerpo hacía la magia de todos los meses. Este hito, sin embargo, se hizo largo, pues desde que perdí el embarazo mis ciclos han durado más de treinta días. En la primera ecografía, la del décimo día, no se vio ningún folículo dominante. Tres días después, parecía que uno despuntaba, pero el endometrio, de 6 mm, no había crecido. Dos días más y el folículo prometía, pero no tanto como el endometrio, que ya estaba de 9 mm. Otros dos días y el folículo estaba listo; el endometrio, campeón de campeones, medía 11 mm. El análisis de estradiol terminó de confirmar las buenas noticias.
Hito nº 3. Ovulación
Qué liberadora la sensación de volver a tenerle miedo a las agujas. De colocar la pluma frente a ti y no querértela inyectar. De comportarte como las personas normales que no se pinchan todos los días. Esta vez también sufrí un SHO leve. A las 36 horas empecé a encontrarme muy mal y tuve que pasarme la tarde tumbada en el sofá, mareada y sin fuerzas. No obstante, procuré controlar la ingesta de líquidos y no moverme demasiado, por lo que al día siguiente ya me encontraba bien. Lo mejor fue que observé la clara de huevo un par de horas antes de ponerme la inyección, así que mi cuerpo y las drogas se sincronizaron perfectamente.
Hito nº 4. Desvitrificación
Paralizada por el miedo. Así me sentía. ¿Y si la desvitrificación no iba bien? ¿Y si nuestro segundo embrión se moría en un suspiro de nitrógeno? Llegamos a la clínica, esperamos en la sala y nos vino a buscar una embrióloga sonriente. Yo no las tenía todas conmigo. Me encogía todavía, esperando el golpe. Hasta que ella pronunció las palabras mágicas: "El embrión ha sobrevivido. Y tiene buen aspecto". Mis lágrimas formaron un torrente de alivio.
Hito nº 5. Transferencia
La misma sala de espera con los mismos cuadros del desarrollo embrionario. El mismo vestuario. Gorritos y pantuflas. La misma camilla, el potro, la ventana que da al laboratorio. La pelea con el espéculo, que fue breve pero intensa. La cánula que no sentí. Mi nombre y mis apellidos. Y la sensación de flotar por encima de mi cuerpo. Ya estábamos juntos: volvía a tener un embrión vivo dentro de mí.
Ahora sigo enfrentándome al hito nº 6: la betaespera.
Poco a poco, obstáculo por obstáculo, así es como se ganan las grandes carreras. Me alegra que por fin tengas a tu embri contigo, llénate de energía positiva y a esperar!
ResponderEliminarMuchísima suerte!
MAJO.
Mucho animo!! todo ha ido perfecto, la desvitrificacion... la transfer... ya has pasado muchas trabas asi que ahora con tu embrion dentro toca descansar y pensar día a día, que existe , que está en ti.
ResponderEliminarUn besito!
Te deso mucha paz para estos días. Y que todo termine bien.
ResponderEliminarMis mejores deseos en esta beta que todo parece ir viento en popa! !!!
ResponderEliminar¡Gracias, guapas! ¡Qué nerviossss! ;)
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