Esta vez empecé la betaespera muy tranquila y confiada. Solo tenía que esperar diez días para hacerme la prueba de embarazo y la dosis de progesterona era menor que en la transferencia anterior: según me explicó la doctora, cuando se realiza la transferencia después de una punción, nuestro cuerpo no segrega la progesterona propia del ciclo, por lo que hay que suplementarla; pero, al realizar la tranferencia en ciclo natural, solamente es necesario reforzarla.
A pesar de mi optimismo, 200 mg de progesterona cada doce horas fueron suficiente para tumbarme. Lo pasé peor que nunca porque nunca había tenido tanta progesterona en mi cuerpo: tenía la tensión por los suelos, me sentía mareada continuamente y la mayor parte del tiempo no podía levantarme del sofá. Psicológicamente, para mí fue terrible verme otra vez teniendo que hacer reposo forzado, porque es muy difícil liberar la mente cuando el cuerpo te recuerda constantemente por qué estás así. En cualquier caso, yo me esforcé por salir, pasear, ir al cine e incluso conducir, con grave peligro para mi integridad, la de Alma y la de todos aquellos que se cruzaron en nuestro camino sin saber que el coche lo llevaba una hormona borracha.
Así pasaron los primeros días, y hacia la mitad de la betaespera, el cuerpo me dio una pequeña tregua. Aun teniendo que soportar esas náuseas falsas que me provocan las pastillas, el mundo parecía haberse quedado quieto y, poco a poco, fui dejando atrás todo el odio, la rabia y la frustración que albergaba hacia las hormonas sintéticas.
Cuando quedaban unos días para la beta, empecé a sentir inequívocos síntomas de embarazo. Ah, ¿pero eso existe? Por suerte o por desgracia, yo ya he comprobado que en mí sí.
Como ya expliqué en otra ocasión, tengo tendencia a sufrir el Síndrome de Hiperestimulación Ovárica. Esto quiere decir que, ante la más mínima presencia de HGC en mi cuerpo, ya sea sintética o natural, e independientemente del estado de mis ovarios, me hincho como un globo, dejo de ir al baño y siento unas irresistibles ganas de que la comida salga por el mismo sitio que ha entrado.
Conozco casos de mujeres que se han enterado de que estaban embarazadas varios días antes de la beta porque han acabado en el hospital con un SHO cuyo origen no era sintético. Y aunque, afortunadamente, mi caso no sea tan extremo, he aprendido a distinguir estos síntomas de cualquier otro fantasma provocado por la progesterona.
Este no era el único síntoma que alentaba mi ilusión de un positivo; sin embargo, algunas de las sensaciones que tuve durante la betaespera previa a mi primer embarazo no estaban ahí. ¿Cómo podía ser? ¿Por qué algunos sí y otros no? Pues exactamente por lo que ocurrió.
Cuando la doctora nos llamó para darnos el resultado de la beta, me dijo que era positiva, pero con un valor muy bajo. No hizo falta que me explicara nada más, yo ya sabía lo que eso quería decir: era un bioquímico (al que no sé si prefiero llamarle aborto o embarazo). La doctora me explicó que el rango de valores de las criotransferencias es muy amplio, porque a veces los embriones congelados tardan un poco en "despertar". Pero no fue mi caso: a los dos días repetimos la beta y el resultado ya había bajado. Así que dejé la medicación y, dos días después, me vino la regla.
Mi segundo positivo en menos de seis meses. Y otro embarazo que no sigue adelante.
Lamento mucho tu noticia, sencillamente quedó sin palabras para decir. Espero pronta recuperación emocional y física, que estas heridas de guerra no te quiten la ilusión y la alegría. Te mando un abrazo fuerte desde México.
ResponderEliminarPues nada, a aguantarse, y ahora qué? Quieres decir que no falla algo por allí dentro que no deja que los embriones se agarren bien?
ResponderEliminarMejor dejalo ya y deja que los niños tengan padre y madre que es su derecho y como tiene que ser!
Dices que conduciste poniendo en peligro tu integridad física y la de Alma y digo, leñe, no podía conducir ella???? No te comprendo.
Contestando a la persona que ha dejado el segundo comentario:
ResponderEliminar- Lo de la conducción era una forma no literal de representar cómo se encontraba la protagonista en ese momento; evidentemente podía conducir sin el menor problema y no puso la integridad de nadie en peligro. Si no sabes interpretar un texto, es preferible que evites comentarlo.
- Y, sobre todo, sería muy bueno para ti mismo/a que no volvieras a poner en evidencia tu necedad y tu falta de tolerancia al expresar opiniones discriminatorias que no aportan nada constructivo. Me asombra que pierdas el tiempo leyendo un blog que estoy segura de que no te gusta en absoluto.
Siento mucho que tuvieras un bioquimico... estuviste cerca pero se esfumó... lo siento mucho, sé como te sientes porque pasé por eso cuatro veces.
ResponderEliminarTe mando mucho ánimo y ojalá encuentren el problema de por qué no se agarran a ti.
Un beso!
Vaya... lo siento mucho.
ResponderEliminarMucho animo y mucha fuerza para seguir, no hay que rendirse nunca!
Besos!
http://laaventuradequerersermamaconsop.blogspot.com.es/
Siento mucho lo q te ha pasado, entie do perfectamente los sentimientos que llegan en estos momentos y lo injusto que puede llegar a ser.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor .
Cuanto siento el resultado de esta betaespera... te mando mucha energía para seguir adelante.
ResponderEliminarRespecto a ese troll, también ha pasado por mi blog cuando han habido malas noticias, así que ni caso.
Un besazo
Cuando se busca algo con tanta ilusión y sobre todo con tanto amor solo es cuestión de tiempo que de sus frutos. Mientras tanto, en este camino difícil que estáis recorriendo tenéis el apoyo y el cariño de las personas que os quieren, y entre ellos el mío, claro.
ResponderEliminarPorque es muy difícil imaginar a unas madres con más amor que vosotras, y sabiendo que quien nazca de vuestro amor será querido sobre todas las cosas, será tolerante y será feliz.
Ya hubiese querido yo que mi padre y mi madre me hubiesen deseado de la misma manera que vosotras deseáis tener a vuestro bebé.
Toda la fuerza del mundo, ya lo sabéis, como siempre.