Acabo de cumplir los 35, y con ello, entro a formar parte oficialmente del grupo de las madres "mayores".
No ha sido ninguna sorpresa. Hace tiempo que sé que, por mucha prisa que se diera la Vida, ya no salían las cuentas. Hace tiempo también que me preparo para asumir los retos de esta maternidad, la única que todavía es posible para mí. Y pretendo asumirlos de manera positiva.
Pero me jode, para qué vamos a engañarnos.
Me jode, fundamentalmente, porque no estaba en mis planes.
Yo quería ser una madre joven. Me he criado con una madre joven rodeada de otras madres jóvenes, todas muy beligerantes con la causa. Todas muy orgullosas de su juventud y en perpetuo desprecio hacia las madres mayores.
Que no podría seguir sus pasos era obvio. Ellas no fueron madres jóvenes por decisión propia. Ellas lo fueron por sus circunstancias: embarazos no deseados, carreras laborales inexistentes o truncadas, matrimonios tempranos, falta de estudios medios o superiores. A la edad en que mi madre me tuvo a mí, yo todavía estudiaba en la Universidad. Y entre mis planes más inmediatos no se encontraba, ni remotamente, formar una familia.
Pero todavía soñaba con la idea de tener un hijo antes de los treinta. Eso era lo que, en mi caso concreto, yo consideraba equivalente a "joven". Sin embargo, las circunstancias que me rodeaban cuando llegó el momento siguieron siendo adversas para la maternidad: a los estudios superiores, el desarrollo de una carrera profesional o los retos de la independencia económica, se unió el condicionante de ser lesbiana. Que podría no haberme condicionado en absoluto, pero me condicionó y retrasó mi proyecto de convertirme en madre.
Una vez superados todos estos retos, una vez recompuesta y lista, recién estrenados los treinta, para afrontar la aventura de formar una familia... llegó la infertilidad.
Y aquí estoy, mediando la década.
Más allá de mis peores cálculos.
Jodida pero contenta.
Y digo contenta porque, si algo me ha enseñado todo este proceso, es que soy buena enfrentando retos. No quiero decir que lo sea por naturaleza, sino que lo he acabado siendo por pura supervivencia. Y si he llegado hasta aquí con todo lo que he tenido en contra, puedo seguir.
Hasta donde haga falta.
Joven... o vieja ;)
Y qué si tienes 35!35 años de experiencias, retos, ilusiones,de cuidar de ti misma, de tu pareja, de disfrutar de todo. Que los bebés vienen más allá de los 35? Seguirás siendo joven, no pienses que al pasar esa edad tus células se desestabilizan y te conviertes en otra cosa. Creo que la idea de que a partir de los 35 se considera un embarazo de riesgo nos afecta de algún modo, lo cual no es nisiquiera es cierto. Mi madre fue madre joven, con 21 yo ya existía, mi hermana también lo fue, pero siguieron caminos distintos a los míos. Es cierto que una vez que tomas la decisión de buscar bebés, molesta mucho que el tiempo en este caso no dependa de ti pero no te angustias con la edad, que eres una pidió la!! Un abrazo. Coral
ResponderEliminarHermosa, 35 años es una edad más que propicia para tener un bebé! Pero eso vos ya lo sabés porque el deseo es tan grande que no importa la edad.
ResponderEliminarCumplís años el 6 de febrero? Yo cumplí el 5 de febrero 40 añitos! Estamos ahí cerquita, las dos acuarianas!
Felicidades y que todo vaya bien.
Te abrazo fuerte!
Feliz Cumpleaños Guapa! Yo también soy de febrero :)
ResponderEliminarEmpece con treinta y poco y pronto haré cuarenta. Si que pesa, pero con conseguirlo me doy por satisfecha!
Las épocas son diferentes, 35 aun es considerado joven, pero ya con mucha experiencia! Algo bueno tiene que haber :)
Un abrazo, Maria
¡Gracias por vuestros comentarios: Coral, Amapola, María!
ResponderEliminarEs cierto que parece que cumples 35 y tus células se atrofian o algo... Pero me encuentro muy bien en todos los sentidos, ¡mejor que con 25! Intento quitarme esas ideas de encima, es duro cuando te has criado con ellas, pero ahora me parece que no son más que prejuicios.
Y sí, la experiencia de vida creo que puede ser muy buena. Y eso solo se consigue con un poquito de edad y un muchito de cosas vividas.
¡Un abrazo muy fuerte, me habéis alegrado el día! :D