Mi experiencia con la metformina

Cuando me diagnosticaron SOP en la clínica, tuve que empezar a tomar metformina. Según nuestra doctora, habría sido suficiente con utilizarla un mes antes de quedarme embarazada, que fue lo que tuve que esperar antes de la primera IA. Sin embargo, al seguir todavía en la búsqueda, mi experiencia con la metmorfina llega ya casi al año y medio.

Los dos o tres primeros meses con ella fueron bastante duros. Aunque se supone que no provoca hipoglucemias, a mí me dejaba por los suelos. Además, sufría mareos y agotamiento, me faltaba la respiración cuando hacía el más mínimo esfuerzo y también tuve desarreglos digestivos cuyos detalles me voy a ahorrar.

Puede que todo esto parezca terrible, y lo fue bastante en su momento; sin embargo, a día de hoy tengo que hacer un esfuerzo por recordar aquellos efectos secundarios, porque hace tiempo que las pastillas no me producen ninguno. Lo que sí que he empezado a notar, de manera más acusada unos seis meses después de iniciar el tratamiento, son sus beneficios.

El primero y más evidente es la pérdida de peso. Y digo evidente porque no pasa un día sin que alguien me diga lo delgada que estoy. Yo siempre he sido muy delgada, así que mi estado actual no es nada nuevo. Sin embargo, desde que hace cinco años se me ocurrió dejar la píldora (con el beneplácito de mi ginecólogo, que me aseguró que ni tenía SOP ni lo había tenido nunca), había engordado bastante. Al principio no me preocupé demasiado, porque durante toda mi vida me habían perseguido para que engordara algunos kilos, así que pensé que no me venía mal. Pero al cabo de un par de años empecé a agobiarme, pues ya no me reconocía en mi cuerpo e incluso personas muy cercanas me habían llamado la atención sobre el tema.

Con toda seguridad, estaba sufriendo uno de los estragos del SOP, que provoca obesidad en el 70% de las mujeres que lo padecen. En mi caso particular, al haber sido siempre muy delgada, estaba acostumbrada a comer como me venía en gana. Además, en los últimos años lo hacía en grandes cantidades, algo que probablemente contribuyó a agravar el cuadro. Desde hace unos meses, sin embargo, noto que me sacio muchísimo antes, así que como porciones más pequeñas, aunque, como me ha pasado siempre, tengo que hacerlo frecuentemente.

También he notado los beneficios de la metformina en dos efectos del SOP que sufro especialmente: el acné y la caída del cabello. He de decir que ninguno de ellos se ha solucionado por completo, pero ambos han retrocedido hasta límites "tolerables". En el caso del acné, he redescubierto su relación con la dieta, algo que daría para otra entrada que prometo escribir, porque es determinante. En cuanto a la caída del cabello, hace muchos meses que apenas lo pierdo, gracias en parte a un champú anticaída que estoy utilizando (uno cualquiera, ni siquiera es de farmacia). Además, me está saliendo mucho pelo nuevo, lo que me alivia infinitamente, porque había leído varias veces que el pelo que se cae no se vuelve a recuperar, y no es así. Lo sé porque esta no es la primera vez que me sale pelo nuevo: me ocurrió también cuando empecé a tomar la píldora después de que me diagnosticaran SOP la primera vez. Temía que esto no se volviera a repetir porque hace diez años de aquello, pero, afortunadamente, me está volviendo a pasar.

Por si estas evidencias no fueran suficientes, en los últimos análisis he comprobado otra bastante más sutil, pero sumamente relevante: mis triglicéridos han regresado a niveles normales. Esto hace muchos años que no lo veía. Y cuando digo muchos, quiero decir MUCHOS: ni siquiera antes de cumplir los veinte, cuando tomaba la píldora como anticonceptivo, tenía un pelazo de escándalo y ni un solo grano, mis análisis arrojaban resultados normales. Para cualquier mujer que sufra SOP, tener los triglicéridos controlados es fundamental, porque son la primera señal de que algo no anda bien con el metabolismo de la glucosa, antes incluso de que se empiece a notar todo lo demás.

Como colofón a esta experiencia tan positiva, en la última visita a la clínica, nuestra doctora nos dijo que, si teníamos mucha prisa para empezar con la segunda FIV, podíamos hacer un protocolo corto, es decir, sin tomar anticonceptivos. "Con el tiempo que llevas tomando metformina, tus ovarios tendrán un funcionamiento bastante normal". Estuve a punto de echarme a llorar cuando escuché esas palabras. Porque, si bien el SOP te genera un montón de síntomas que minan tu calidad de vida y te destrozan la autoestima, sus efectos sobre la fertilidad son mucho más desesperantes si cabe. Como me dijo el hematólogo en mi primera visita: "Vaya, tienes SOP. Y, ¿qué? ¿Te está dando mucho la lata". Los médicos no consideran que el SOP sea una causa "grave" de infertilidad, pero, de hecho, puede hacer muy difícil el quedarse embarazada.

Con la metformina, se trata la raíz del SOP, que es de origen endrocrino y no ginecológico. En mi caso, sus beneficios son evidentes, y cada día crece la esperanza de comprobar que también lo son en cuanto a la fertilidad.