No creo en Dios. No creo que exista ningún ser en el Universo que esté intentando guiar mis pasos, ni dirigiéndome hacia ningún lugar en concreto. No creo que nadie haya creado un plan para mí, ni que me mande señales para que yo lo entienda y lo complete.
No creo en el Destino. No pienso que estemos aquí para nada, ni que sigamos un camino previamente escrito, ni que nuestras vidas tengan un fin. No creo que la vida de nadie tenga un fin, ni que la Humanidad entera tenga un fin.
Yo creo que la Vida es azarosa, y que nuestra necesidad de una coherencia casi casi narrativa hace que establezcamos relaciones de causa y efecto que no estaban ahí. Las cosas no ocurren por algo, pero nos gusta pensar que sí, ya que este tipo de ideas aportan sentido a nuestra vida y nos llenan de consuelo y felicidad.
Estos son mis pensamientos racionales.
Mi experiencia, sin embargo, los contradice un tanto.
Me gusta hacer planes. Siempre me ha gustado. Desde pequeña, he imaginado mi futuro y he proyectado mi voluntad sobre él. A la Vida, sin embargo, le encanta desbaratármelos. Y he de reconocer que, la mayoría de las veces, me los desbarata para bien. Sus planes son mejores que los míos. Me jode reconocerlo y no quiero que pase cuando lo veo venir. Pero así es como suele ser.
Ahora mismo me pregunto si todo lo que me ha pasado está bien. Si de algún modo absurdo tenía que ocurrir justamente como ha ocurrido. Si el momento es ahora y no cuando yo creía que era. Si hacía falta todo esto. Si algunas cosas no pueden ser cuando yo quiero porque algunas cosas no deben ser cuando quiero yo.
Es todo tonto, raro e incoherente. Pero más que en la razón, yo confío en la intuición.
Y ahora mismo tengo la intuición de que las cosas tenían que ser así.
Hola! !!
ResponderEliminarEl ser humano es contradictorio por naturaleza; Qué ironía seguir la intuición siendo racional no crees? Yo al contrario que tu, creo en Dios, dándonos libre albedrío para decidir sobre nuestra vida, las decisiones tienen consecuencias y a la par si uno se pone en sus manos se abren caminos inesperados. Y entiendo tu ironía porque yo soy racional espiritual y aunque pareciera que son conceptos opuestos, no me ha impedido poner mi vida en las manos Dios. Me parece un poco triste creer que nuestra vida no tiene un propósito, que es muy diferente a un destino yo tampoco creo en el destino, pero en Dios si. No quiero entrar en controversia solamente quise opinar un poco. Deseo de corazón que lo absurdo quede de lado y permitas abrirte a lo bonito que la vida tiene para ti; y quizás en esa intuición encuentres a Dios en el camino. Feliz Día! !!!
Gracias por expresar tu opinión, Carolina, es bonito intercambiar experiencias aunque no tengamos las mismas creencias :)
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