Como sé que estas entradas suelen ser muy técnicas y hay quien no llegará a leer mis conclusiones si las escribo al final, empezaré por ellas: si después de tropecientos intentos, naturales o "asistidos", no acumulas más que negativos, bioquímicos o abortos sin causa aparente... VE A UNA CONSULTA DE INMUNOLOGÍA REPRODUCTIVA.
Ya está. No lo pienses más. No te pongas excusas, no albergues falsas esperanzas sobre el siguiente intento, no pienses que con cambiar de clínica/técnica/postura vas a lograrlo. No se trata de que tu ginecólogo sea un mal ginecólogo, de que tu clínica sea una mala clínica, de que tu médico de toda la vida sea un médico nefasto. Se trata de que los especialistas sirven para lo que sirven, y los inmunólogos reproductivos sirven. Y MUCHO.
Si solo lo dijera yo, se podría pensar que estoy bajo el influjo de niña-con-juguete-nuevo. Pero no solamente lo digo yo. Los foros de negativos de repetición, de bioquímicos de repetición, de abortos de repetición... están llenitos de mujeres que solo lo lograron cuando acudieron a estos especialistas como quien peregrina a Lourdes. Y en los foros no están todas las que son: seguramente hay muchísimos más casos con final feliz que no han dejado rastro en Internet.
Personalmente, estoy absolutamente convencida de que, si al final consigo llevar un embarazo adelante, será gracias a la Inmunología Reproductiva. Por eso, a cualquier mujer que se acerque a mí, real o virtualmente, con la duda de si acudir o no a este tipo de consultas, no podré hacer más que contestarle con una retahíla de adverbios: SÍ, CLARO, POR SUPUESTO.
Una vez que he dejado esto claro, ya podemos pasar a los detalles :)
Cuando llamé para pedir cita en la consulta de la inmunóloga que nos recomendó nuestra doctora, me dijeron que tenía una lista de espera de cuatro meses. Me quedé muerta. Cuatro meses sí que daban al traste con todo nuestro calendario. Cuatro meses eran peor incluso que la espera en la Seguridad Social. Por suerte, en el hospital me ofrecieron una alternativa: asistir a la consulta de su compañero, cuya lista de espera era "solo" de un mes.
Me pareció bien. Entendí que esta señora (a quien, como digo, acudimos en masa las peregrinas "de repetición") haya terminado por formar un equipo. A juzgar por la longitud de su lista de espera, queda claro que no da a basto. Y, en el caso de que esta consulta no me convenciera, podría volver a pedir cita con la señora (mandando a tomar por culo nuestro calendario, eso sí).
Pero el caso es que me convenció. El doctor era un chico joven, amabilísimo, que revisó conmigo todo mi historial durante casi una hora. Este equipo solo atiende por privado y la consulta costaba más de cien euros; sin embargo, puedo asegurar que los pagué con gusto, sintiendo, por primera vez en mucho tiempo, que no estaba regalando mi dinero alegremente, sino pagando por un trabajo bien hecho.
Leyendo las experiencias de otras chicas, he comprobado que siguen una pauta parecida en la primera consulta. Además de la típica anamnesis, te hacen un montón de preguntas "misteriosas" que te ponen los pelos como escarpias, sobre todo cuando empiezas a acumular síes. En mi caso, fueron tres: sí tengo siempre los pies y las manos frías, sí me levanto con rigidez en el cuerpo y sí tengo tendencia a padecer desórdenes gastrointestinales (aunque, según parece, no con tanta frecuencia como sería significativo). El doctor, sin embargo, me advirtió de que juntar varias respuestas afirmativas no significaba que estuviera "enfermísima" (otra cosa es lo que yo opine desde entonces, jeje).
Lo mejor de todo, sin embargo, es que nuestro encuentro acabó con el broche perfecto: UN DIAGNÓSTICO.
¡Sí! Después de casi tres años dando vueltas, achacando mis resultados a la mala suerte, sin que nadie viera nada raro en ningún sitio... ¡es posible! Me alegra saber, además, que no soy la única que tiene esta experiencia. Son muchas chicas las que acuden a esta consulta y descubren algo que llevaba allí milenios sin que nadie lo hubiese interpretado; por eso, sin duda alguna, recomiendo estos especialistas.
Los datos significativos en cuestión estaban en mi estudio de trombofilia. Al parecer, cualquier factor de coagulación elevado (en mi caso, el doctor destacó el factor XII, aunque también tengo elevado el factor X) puede producir pequeños trombos que, según sus palabras, "son una causa de aborto". Es decir, que la presencia de estos factores YA explicaría, por sí misma, mis dos primeros abortos, y YA habría justificado el uso del combo heparina+adiro en los siguientes tratamientos.
Confieso que el diagnóstico me produjo sentimientos encontrados. Por un lado, ¡ya estaba! No era yo luchando-contra-el-destino-aciago, había una causa objetiva detrás de mi experiencia, ¡y la habíamos encontrado! Además, esta causa tiene un tratamiento con unos porcentajes de éxito muy elevados, así que podía recuperar algo de esperanza justo cuando más lo necesitaba.
Pero, a la vez... El estudio de trombofilia me lo hice después de la primera FIV. Lo vio mi hematólogo y hasta tres doctoras en dos clínicas de reproducción asistida. A nadie le llamaron la atención unos parámetros que se salían de los rangos normales y que, como tales, aparecían destacados en el informe. Teniendo ya esos resultados nos embarcamos en tres intentos más, lógicamente fallidos. ¿Acaso no podrían haberse evitado?
Por lo general, procuro no hacerme mala sangre con estas situaciones, pero esta vez me está costando más que nunca. No puedo dejar de pensar en nuestro último tratamiento, en esos dos embriones que con tanto amor adoptamos, que trataron de quedarse conmigo hasta el límite de sus fuerzas... y que, con el tratamiento adecuado, podrían haberlo conseguido. Es muy doloroso pensarlo, dolorosísimo.
Además de los factores de coagulación, otro valor que también me salía elevado es la proteína C. Nuevamente, este doctor ha sido el único que me ha dado una explicación sobre un resultado que, para los demás, no tenía ninguna importancia. Según me comentó, esta proteína procura compensar los efectos protrombóticos de los factores de coagulación; por tanto, que mi cuerpo la estuviera sintetizando en abundancia no solo prueba que, de hecho, tengo algún desequilibrio en la coagulación, sino que, por suerte, mi cuerpo está intentando contrarrestarlo. La verdad es que el doctor me repitió varias veces que eso era muy buena señal, porque, al menos, mi cuerpo reaccionaba de alguna manera a esta situación de coagulación elevada.
Para terminar, consideró que mis valores de homocisteína estaban en el límite, por lo que, posiblemente, tuviera que volver a medicarme con las vitaminas del grupo B masivas. En este sentido, también me hizo una revelación de esas que te dejan temblando. Según su criterio, las vitaminas B1, B6 y B12 masivas, que se utilizan junto con el ácido fólico masivo para regular la homocisteína, no deben seguir tomándose tras la transferencia, pues son tóxicas para los embriones. Por eso, ellos recomendaban pasarse a un suplemento vitamínico de los que se toman a partir del segundo trimestre de embarazo.
Supongo que, en este momento, mi cara de horror se evidenció demasiado. Él trató de tranquilizarme, diciéndome que no era "seguro" que haber tomado estos suplementos fuera la causa de que no me hubiera quedado embarazada en ninguna de las transferencias embrionarias de la segunda FIV. Yo, por supuesto, quiero creerlo, pero haberme quedado embarazada en todas mis transferencias excepto en aquellas dos, ahora que sé que consumía unas vitaminas que eras tóxicas... hace que mi cabeza se plantee más cosas de las que me gustaría.
A pesar de que las pruebas que le llevaba eran bastante completas (y suficientes para un primer diagnóstico), el doctor me pidió unos análisis complementarios: estudio bioquímico general y hemograma, nuevos (y viejos) factores de coagulación, unas cuantas mutaciones (como la MTHFR), y las famosas "natural killer".
En cualquier caso, ya me explicó que el siguiente intento debería hacerlo, al menos, utilizando adiro y heparina (esta última, desde una semana antes de la transferencia embrionaria).
Evidentemente, un diagnóstico de trombofilia no son buenas noticias. Pero acumular tres abortos tampoco era ningún regalo. Ahora, al menos, conozco una de sus causas posibles y puedo probar un tratamiento que puede ser efectivo. Y eso es bueno, muy bueno. Mejor que todo lo que me ha ocurrido hasta ahora :)
Lo mejor de todo, sin embargo, es que nuestro encuentro acabó con el broche perfecto: UN DIAGNÓSTICO.
¡Sí! Después de casi tres años dando vueltas, achacando mis resultados a la mala suerte, sin que nadie viera nada raro en ningún sitio... ¡es posible! Me alegra saber, además, que no soy la única que tiene esta experiencia. Son muchas chicas las que acuden a esta consulta y descubren algo que llevaba allí milenios sin que nadie lo hubiese interpretado; por eso, sin duda alguna, recomiendo estos especialistas.
Los datos significativos en cuestión estaban en mi estudio de trombofilia. Al parecer, cualquier factor de coagulación elevado (en mi caso, el doctor destacó el factor XII, aunque también tengo elevado el factor X) puede producir pequeños trombos que, según sus palabras, "son una causa de aborto". Es decir, que la presencia de estos factores YA explicaría, por sí misma, mis dos primeros abortos, y YA habría justificado el uso del combo heparina+adiro en los siguientes tratamientos.
Confieso que el diagnóstico me produjo sentimientos encontrados. Por un lado, ¡ya estaba! No era yo luchando-contra-el-destino-aciago, había una causa objetiva detrás de mi experiencia, ¡y la habíamos encontrado! Además, esta causa tiene un tratamiento con unos porcentajes de éxito muy elevados, así que podía recuperar algo de esperanza justo cuando más lo necesitaba.
Pero, a la vez... El estudio de trombofilia me lo hice después de la primera FIV. Lo vio mi hematólogo y hasta tres doctoras en dos clínicas de reproducción asistida. A nadie le llamaron la atención unos parámetros que se salían de los rangos normales y que, como tales, aparecían destacados en el informe. Teniendo ya esos resultados nos embarcamos en tres intentos más, lógicamente fallidos. ¿Acaso no podrían haberse evitado?
Por lo general, procuro no hacerme mala sangre con estas situaciones, pero esta vez me está costando más que nunca. No puedo dejar de pensar en nuestro último tratamiento, en esos dos embriones que con tanto amor adoptamos, que trataron de quedarse conmigo hasta el límite de sus fuerzas... y que, con el tratamiento adecuado, podrían haberlo conseguido. Es muy doloroso pensarlo, dolorosísimo.
Además de los factores de coagulación, otro valor que también me salía elevado es la proteína C. Nuevamente, este doctor ha sido el único que me ha dado una explicación sobre un resultado que, para los demás, no tenía ninguna importancia. Según me comentó, esta proteína procura compensar los efectos protrombóticos de los factores de coagulación; por tanto, que mi cuerpo la estuviera sintetizando en abundancia no solo prueba que, de hecho, tengo algún desequilibrio en la coagulación, sino que, por suerte, mi cuerpo está intentando contrarrestarlo. La verdad es que el doctor me repitió varias veces que eso era muy buena señal, porque, al menos, mi cuerpo reaccionaba de alguna manera a esta situación de coagulación elevada.
Para terminar, consideró que mis valores de homocisteína estaban en el límite, por lo que, posiblemente, tuviera que volver a medicarme con las vitaminas del grupo B masivas. En este sentido, también me hizo una revelación de esas que te dejan temblando. Según su criterio, las vitaminas B1, B6 y B12 masivas, que se utilizan junto con el ácido fólico masivo para regular la homocisteína, no deben seguir tomándose tras la transferencia, pues son tóxicas para los embriones. Por eso, ellos recomendaban pasarse a un suplemento vitamínico de los que se toman a partir del segundo trimestre de embarazo.
Supongo que, en este momento, mi cara de horror se evidenció demasiado. Él trató de tranquilizarme, diciéndome que no era "seguro" que haber tomado estos suplementos fuera la causa de que no me hubiera quedado embarazada en ninguna de las transferencias embrionarias de la segunda FIV. Yo, por supuesto, quiero creerlo, pero haberme quedado embarazada en todas mis transferencias excepto en aquellas dos, ahora que sé que consumía unas vitaminas que eras tóxicas... hace que mi cabeza se plantee más cosas de las que me gustaría.
A pesar de que las pruebas que le llevaba eran bastante completas (y suficientes para un primer diagnóstico), el doctor me pidió unos análisis complementarios: estudio bioquímico general y hemograma, nuevos (y viejos) factores de coagulación, unas cuantas mutaciones (como la MTHFR), y las famosas "natural killer".
En cualquier caso, ya me explicó que el siguiente intento debería hacerlo, al menos, utilizando adiro y heparina (esta última, desde una semana antes de la transferencia embrionaria).
Evidentemente, un diagnóstico de trombofilia no son buenas noticias. Pero acumular tres abortos tampoco era ningún regalo. Ahora, al menos, conozco una de sus causas posibles y puedo probar un tratamiento que puede ser efectivo. Y eso es bueno, muy bueno. Mejor que todo lo que me ha ocurrido hasta ahora :)
Me alegro leerte tan entusiasmada con la cita del inmunologo. Tiene que ser este tema la clave para el final feliz, porque ya no te queda nada mas por investigar.
ResponderEliminarMe ha preocupado un poco que ya te ha visto el hematologo y le pareció todo correcto y a un inmunologo ya no tanto..
Yo intente ir a un buen inmunologo Repro en Valencia, pero la que encontré esta ligada a una clínica de Repro y si no te haces el tratamiento con ellos no tienes acceso a la consulta.. (los TRA me los hago por la SS).
Me podrías decir los factores X y XII cuanto se salen de los parámetros?
Por ejemplo tengo el factor VIII (antihemofilico) Actividad-152%
Y los parámetros de normalidad son 60-150%
No me gusta estar por encima del limite, pero la hematóloga no le ve problemas..
Los tuyos están mucho mas por encima?
Hola! Te he leido y me siento un pelin identificada. Llevo 6 años buscando embarazo! Y he tenido un par de bioquimicos. En mi caso la visita a la que estoy casi segura que es la inmunologa que comentas, la doctora Sanchez Ramon, arrojo un posible caso de problema de coagulacion. Sindrome fosfolipidico! Ademas, me gustaria comentarte una prueba que nadie me recomendo a lo largo de estos años y si me la recomendaron en la clinica a la que voy ahora. El test ERA. Este test analiza cual seria tu momento perfecto para transferir el embrion. En mi caso ha habido sorpresa. Tengo la ventana de implantacion desplazada y necesito mas dias de progesterona de los que me han puesto en las transferencias que me han hecho hasta ahora. Y a esto le voy a sumar tambien que en esta clinica han optado tambien por hacerme un cultivo endometrial en el que tachannnn... hemos descubierto que tenia una bacteria que ya me han quitado. Asi que ya sabes... que te miren hasta las pestañas antes de empezar un nuevo tratamiento. Nadie mejor que nosotras sabe el desgaste que produce esto. Asi que mejor hacerlo bien. Mirando mil cosas que existen y que muy pocos nos comentan. Un besazo y mucha suerte. Lo vas a conseguir. Y yo tambien!
ResponderEliminar¡Hola chicas! ¡Gracias por vuestros comentarios!
ResponderEliminarYo tenía el factor X a 145% y el factor XII a 144%, cuando el rango de ambos es de 70-120%. Al parecer, los hematólogos se suelen fijar en que estén bajos, porque producen sangrados que también producen abortos. Pero el mío pasó olímpicamente de que estuvieran altos, cuando, según el inmunólogo, producen coágulos que también producen abortos.
De todas formas, veo que manejas otros rangos de normalidad... Según los tuyos, yo no tendría nada mal, por ejemplo... ¡Es para volverse loca! En cualquier caso, te recomiendo que vayas a un buen inmunólogo, de verdad. Estos de Madrid tienen muy buena fama.
En cuanto al test ERA, la verdad es que había oído hablar de él, y una siempre se mosquea con si se habrá hecho todas las pruebas... es desquiciante y agotador. Por ahora no me lo han recomendado, pero nunca se sabe :S
¡Mucho ánimo, chicas! ¡Hay que seguir luchando! :D
Gracias por contestar! Soy Maria
ResponderEliminarEl problema es que ya no me da tiempo ir al inmunologo y la hematóloga dijo que según los resultados no tengo trombofilia, pero si quiero puedo hacer tratamiento empírico con Clexane 40 y Adiro 100.
También me salio Mutacion A1298 C -portador heterocigoto y la mutacion C677T-no portador( del gen MTHFR), pero dijo que esto no influye.
No me puedo decidir si hacerlo o no. Si estar descoagualada todo el embarazo en caso que sale el positivo sin tener base científica para ello o no.
Pero también esta el bioquimico y el aborto que no dan mas explicación que quizá fue un error genético. No se que hacer
Hola! Yo tengo los anticuerpos ANA siempre elevados y llevo un año buscando y nada :(
ResponderEliminarNadie sabe si eso me está afectando para no quedarme, pero nunca he ido a un especialista inmunologo de reproducción porque no conozco a nadie, sencillamente, y estoy muy perdida con este tema. Podrías decirme a quién fuiste? Muchas gracias, y mucho ánimo, para mi misma también.
¡Hola de nuevo!
ResponderEliminarMaría, la decisión de usar o no heparina es vuestra, yo solo puedo decirte que muchas veces se utiliza solo por si acaso y funciona. Si tu hematóloga aprueba un tratamiento profiláctico, podéis probarlo. La otra opción es arriesgarse a un nuevo aborto, pero tampoco tiene por que ocurrir. En cualquier caso, cuando los abortos son muy tempranos, aconsejan utilizar la heparina desde la ovulación y el adiro desde un mes antes. Empezar tras el positivo puede ser inútil.
Ariadna, yo he ido a un equipo que pasa consulta en la Ruber de Madrid. Son bastante conocidos en este mundillo, jeje. Es una consulta privada, pero es posible que puedan ayudarte con los ANA.
¡Suerte para todas! :D